El blog de Juan Carlos
22 abr 2024
Día del Libro 2024
21 abr 2024
Pilar Quintana. Los abismos. Premio Alfaguara 2021
Los caminos del lector, como los del Señor, son inescrutables. Quiero decir que la llegada a unas lecturas, así como la dejada de otras obedece a los caprichosos vaivenes que suceden en la cabeza del lector según que uno va leyendo esto o aquello. En este caso mi arribada hasta esta escritora colombiana se ha debido a la lectura frecuente que hago de blogs que merecen toda mi confianza. En ellos, y de manera reiterada, vi durante el año 2023 e incluso también durante el anterior cómo las novelas de Pilar Quintana aparecían comentadas positivamente con frecuencia. Apunté el título de Los abismos para probarme con esta caleña.
«Quería vérselas de nuevo con el abismo, sentir la cosa rica en la barriga y el miedo y las ganas de saltar y de alejarse»
«—¿Es Claudia?—Es ClaudiaSe agachó para quedar a mi altura. Tenía los ojos grises con vetas oscuras y claras, y mientras me miraba, tan cerca y tan fijo, sentí que su belleza se derramaba sobre mí.—Qué linda —dijo la más linda de todas.Se irguió. Mi mamá le agradeció el falso cumplido y Mariú buscó alrededor.—Las mías están por allá.[...]Las tres tenían trenzas de riñón y vestidos blancos idénticos, con un bordado en el pecho, mangas bombachas y un moño atrás.—Hermosas —dijo mi mamá admirada de verdad—. Esos vestidos son como azúcar.»
«Antes de la pelea de mis papás, de la pelea de mi mamá y mi tía, de que llegara Gonzalo a la familia, yo tenía certezas. Las mamás tenían hijos porque los deseaban. Mi tía Amelia vivía feliz en su mini apartamento con sus batolas. Mi abuelo era un hombre triste. Mi papá, el más bueno del mundo.»
Interesantísimo y plenamente verosímil es la penetración en el interior de una niña de 8 años que hace Pilar Quintana. El vocabulario puesto en sus labios, los juegos infantiles que practica con otros niños, sus diálogos con Paulina, la insistencia en preguntar que llega a descomponer a los mayores, etc. son las palabras, los juegos, los diálogos con los juguetes, la reiteración en las preguntas a los mayores... que realizan los niños, cualquier niño de la edad que tiene Claudia, tan sólo 8 años.
Otra particularidad de esta novela que me ha encantado es el léxico utilizado. Los términos propios del español hablado en Colombia llenan la narración y la dotan de una embargadora belleza. Son vocablos como batola (prenda de vestir femenina de una sola pieza, holgada, larga y sin botones), sacoleva (chaqué), esculcar (registrar para buscar algo oculto), samanes o ceibas (árboles americanos), pereque (molestia, impertinencia), jejenes (insectos dípteros, más pequeños que el mosquito y de picadura más irritante), habilitar (volver a examinarse), mangones (revendedores, traficantes), capul (forma de llamar en Colombia un corte de cabello en el que se tiene un flequillo que cubre la frente), levantadora (bata delgada que usa la mujer al levantarse o para andar por casa), jugar al parqué (jugar al Parchís), juepucha (maldita sea, mierda), pintas (muda de ropa nueva), overol de bluyín (mono, buzo de tela vaquera), etc.
El vocabulario anterior unido a la mostración de una naturaleza domesticada en la casa y más salvaje y abrupta afuera, con esas vueltas y revueltas de la carretera que los lleva de Cali a la finca donde veranean, hace que la imaginación infantil se abra a cualquier posibilidad: que aparezca el viruñas («El viruñas, me dijo, era un diablo que vivía en las fincas, dentro de las casas, pero no de este lado, sino detrás de las paredes. Dormía de día y se despertaba de noche»), que el padre -temía la niña- se abismara cualquier día volviendo en coche por la carretera endiablada que discurre al lado de profundísimos precipicios desde Cali, que la niña misma sienta esa contradictoria atracción fatal por saltar y al tiempo alejarse del barranco.
Los abismos de Pilar Quintana, en suma, es una novela deliciosa que muestra el modo como una niña intenta comprender el mundo de los adultos que la rodean. Gracias a ella estos adultos contienen sus impulsos primarios, los reprimen y mantienen viva la rueda en la que sin darse cuenta giran y giran sin haberlo ellos decidido. Esto es muy claro en el caso de las mujeres, las cuales en esta narración ven cortadas de raíz sus apetencias por salir de la tradición. Es el caso de Claudia madre a quien el abuelo cerró las posibilidad de ir a la Universidad:«A mi abuelo se le brotaron las venas de la garganta y con su voz más gruesa le dijo que lo que hacían las señoritas decentes era casarse y que cuál universidad ni Derecho ni qué ocho cuartos.»
También hay que señalar que no todos los hombres son iguales y que Jorge, su marido, sí le permite trabajar cuando ella así lo decide. Es ella en este caso la que se niega a seguir en el comercio donde se ha contratado, por motivos que habrá que considerar leyendo la novela.
Decir para cerrar que la novela se sitúa en un momento del pasado, concretamente los primeros años 80 del siglo pasado.
«No encontré a Natalie Wood en la recién llegada ¡Hola! En cambio, sí a la princesa Grace de Mónaco, cuya muerte en un accidente de tránsito también obsesionó a mi mamá.»
Se marca en el relato la evolución habida en las costumbres de la época de los abuelos (años 50) a estos 80; es una distancia semejante a la que separa esos años 80 de nuestro hoy, en el que se ha avanzado mucho en liberalidad y realización personal. La niña que narra la novela es trasunto de esta Pilar Quintana que hoy (publica la novela en 2021) concibe la vida de las mujeres de manera muy diferente a la de su madre, tía y abuelas. Es una mujer realizada que no precisa perderse en adicciones diversas. Hay esperanza clara en la novela que se muestra cuando Claudia madre abandona el whisky y deja de ser una tumbada (persona que se pasa el día tumbada en la cama).
15 abr 2024
El mago del Kremlin. Giuliano da Empoli
El mago del Kremlin del escritor, periodista y asesor durante un tiempo de Matteo Renzi, Giuliano da Empoli, cayó en mis manos gracias a la recomendación de Guida, amiga con la que comparto Tertulia Literaria. El título lo puso ella sobre la mesa cuando al final de la reunión del mes de marzo buscábamos lectura para abril. ¿Por qué no El mago del Kremlin?, dijo. Tras comunicarnos la tremolina que en los medios literarios franceses produjo su aparición en 2022 (Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, Premio Honoré de Balzac, además de finalista en la edición del Premio Goncourt de ese año), la tertuliana amiga expuso muy por encima de qué iba el libro: El autor entrevista en forma novelada a Vadim Baranov, nombre inventado inspirado en Vladislav Surkov, uno de los asesores más cercanos a Putin en las últimas décadas, gran ideólogo del Kremlin desde que este llegó al poder en 1999 y que finalmente perdió su confianza y fue destituido en 2020.
«Mientras el líder carece de distancia de lo que hace porque está en el fragor de la batalla, el auténtico consejero mantiene la distancia, participa y a la vez observa, está dentro y fuera. Como decía Maquiavelo, deben conocer las cosas con perspectiva»
«Es cierto que alrededor de los poderosos siempre hay personas que piensan en ocupar su puesto. Pero el auténtico asesor pertenece a una raza totalmente diferente de la del poderoso. En realidad es un vago. Murmuradas al oído del príncipe, sus palabras producen el máximo impacto sin tener que pasar por la agobiante fatiga de medrar.»
«Zamiatin se convirtió en mi obsesión. Me parecía ver en su obra una concentración de todas las cuestiones de nuestra época. Nosotros no describía sólo la Unión Soviética [...] Zamiatin era un oráculo, no se dirigía únicamente a Stalin: señalaba a todos los dictadores venideros, de los oligarcas de Silicon Valley a los mandarines del partido único chino.»
- «Por grande que sea este Imperio, no es más que una enorme prisión y es el emperador el guardián que tiene las llaves, pero los guardianes no viven mucho mejor que los prisioneros.»
- «Los rusos tienden mucho menos a ser civilizados que a hacer creer que lo son»
Estos apoyos literarios le sirven al Mago para entre otras muchos argumentos justificar la consideración que el Zar actual (Vladimir Putin) tiene entre los rusos. Evidentemente hay diferencias palmarias de lo que era Rusia hace 200 años a hoy, en especial las referidas a los guardianes quienes, sin duda alguna, hoy sí que viven mucho mejor que los prisioneros. Pero lo importante es observar cómo el espíritu, el alma del país en líneas generales -siempre, ya digo, según Vadim Baranov- se mantiene. A su juicio los rusos tras la glásnost y la perestroika de Gorbachov y la liberalización absoluta llevada a cabo por Yeltsin sintieron nostalgia del pasado soviético en que al menos no pasaban hambre. Es así, con razonamientos semejantes que Vadim Baranov se ganó el puesto de asesor de Putin:
«El imaginario de la sociedad rusa, de cualquier sociedad en realidad, se articula sobre dos dimensiones. El eje horizontal corresponde a la cercanía a lo cotidiano, y el vertical a la autoridad. En estos últimos años, la política rusa se ha representado por entero en el primer eje, el horizontal, porque esa dimensión era desconocida casi completamente en tiempos de la URSS: la han hecho tanto Gorbachov, que se paraba para hablar con la gente, algo que ningún líder soviético habría hecho jamás, como Yeltsin, quien algunas veces parecía más bien un compañero de borrachera que un jefe de Estado. [...] Para poder trazar una perspectiva, es preciso elevarse nuevamente. Todos los datos de que disponemos nos dicen que los rusos abrigan hoy un deseo de verticalidad, es decir, de autoridad.»
Vladislav Sourkov (Vadim Baranov, el mago del Kremlin), actor de teatro y televisión y antiguo alumno de la Academia de Arte Dramático de Moscú, se convirtió en asesor de Putin. Conocedor del mundo televisivo magnificó el espectáculo político antes de dimitir en 2020 («Convertir mi experiencia teatral en una carrera de productor de televisión fue como pasar del carruaje a vapor a un Lamborghini»). Hacía una televisión vulgar («Los estadounidenses no tenían nada que enseñarnos, de hecho éramos nosotros quienes ampliábamos las fronteras del trash.»), pero en medio de esa zafiedad descubrió el alma rusa de siempre. Cuando en un programa solicitaron a los espectadores los nombres de los héroes y grandes personajes rusos frente a lo esperado
«[...] los nombres de las grandes mentes: Tolstói, Pushkin, Andréi Rubliov o yo qué sé, un cantante o un actor, como ocurría donde ustedes, ¿qué nos dieron los espectadores, la masa informe del pueblo habituada a inclinarse sumisa y bajar la mirada? Sólo nombres de dictadores. Sus héroes, los fundadores de la patria, coincidían con la lista de autócratas sanguinarios: Iván el Terrible, Pedro el Grande, Lenin, Stalin.»
«Sostenidos por los norteamericanos, los rebeldes se negaron a reconocer el resultado de las elecciones y ocuparon la plaza principal de Kiev con sus cánticos, sus lazos naranjas, sus alegres eslóganes prooccidentales. De la mañana a la noche, comisiones de observadores internacionales, delegaciones del Congreso de Estados Unidos y misiones diplomáticas de la Unión Europea aparecieron por allí saliendo de la nada: todos coincidían en juzgar ilegítimo el resultado de las elecciones ganadas por el candidato prorruso. Había habido votaciones apenas recientemente en Afganistán y en Irak, con las bombas explotando en las calles y las tropas estadounidenses ocupando los lugares de votación, pero en esos países, naturalmente, no había habido ningún problema, todo se había desarrollado con regularidad. En cambio, en Ucrania era todo lo contrario. Había que volver a votar porque el resultado no era el conveniente. Entonces, el Gobierno ucraniano se vio obligado a convocar nuevas elecciones y, esa vez, el candidato pronorteamericano ganó, un candidato que quería meter a Ucrania en la OTAN. Ucrania —la patria de Jrushchov y de Brézhnev, la base de nuestra flota militar—, ¡en la OTAN!»
«He podido constatar varias veces que los rebeldes más radicales se podrían contar entre los individuos más sensibles a la pompa del poder.[...]➖Estos últimos años he seguido tus actividades y he de decirte que estoy muy impresionado, Alexander. Sois increíbles. Cogéis a esos jóvenes y les dais un hogar, una disciplina. Transformáis a esos vagabundos a la deriva en soldados, en personas capaces de llevar a cabo acciones extraordinarias. [...] Tú los comprendes. Sabes lo que quieren. Sabes cómo hablarles y qué decirles. Puedes ser su guía para que no caigan en la trampa de los norteamericanos. Puedes conducirlos hacia los verdaderos valores. La Patria. La Fe. [...] No estarás solo, Alexander. Detrás de ti estará el Zar, que te protegerá. Él no es como nosotros, aquí en el Kremlin. No es un burócrata encorbatado. El Zar es como vosotros. Pertenece a la raza de los conquistadores. [...] ¿No ha sido él quien ha vuelto a poner a Rusia en pie? ¿Por qué crees que los norteamericanos quieren librarse de él?»
«A comienzos de los años noventa, Gorbachov y Yeltsin habían hecho la revolución, pero al día siguiente la gran mayoría de los rusos se había despertado en un mundo irreconocible para ellos, en el que no sabían ni cómo vivir. Antes del hundimiento del sueño americano o del europeo, tuvo lugar el hundimiento del sueño soviético. Entre ustedes, nadie se dio cuenta porque les parecía algo imposible que un sueño estuviera hecho de cosas tan pobres y grises: una profesión de funcionario o profesor respetada, un pequeño Lada Zhiguli, una dacha con su huerto, vacaciones en Sochi o, de tarde en tarde, en Varna, remojando las piernas en el mar Negro y la perspectiva de una buena parrillada entre amigos. Y, sin embargo, ese modelo tenía su fuerza y su dignidad. Sus héroes eran el soldado y el maestro de escuela, el camionero y el infatigable obrero, a quienes estaban siempre dedicados los carteles en las calles y en las estaciones de metro. En pocos meses, todo eso se desbarató. Los nuevos héroes, los banqueros y las top models impusieron su dominio y los principios sobre los que estaba fundada la existencia de los trescientos millones de habitantes de la URSS se vinieron abajo. Los rusos habían crecido en una patria y se hallaban de pronto viviendo en un supermercado.»
En una entrevista reciente que le hicieron al autor en España con motivo de la publicación de El mago del Kremlin, Da Empoli habló de la distancia de todo tipo existente entre Putin y Baranov:
- «Mientras Putin es un hombre premoderno que no tiene redes sociales, un señor de la guerra capaz de mandar a miles de jóvenes a morir en el frente, Baranov es un personaje posmoderno que domina la comunicación y se dedica a orquestar un teatro de luces y sombras»
- «En las personas con poder se activan menos las partes del cerebro que regulan la empatía. Putin lleva dirigiendo el país 23 años. Eso le ha llevado al aislamiento, a una rutina diaria, y ha hecho que su más fiel consejero, el único del que puede fiarse, sea su perro.»
En nuestro país El mago del Kremlin obtuvo el Goncourt español del año 2022. El jurado definió la obra como «la gran novela de la Rusia contemporánea» que «desvela los entresijos de la era Putin y ofrece «una sublime reflexión sobre el poder». Totalmente de acuerdo.
7 abr 2024
Ana Lena Rivera. Lo que callan los muertos
«La vida está hecha para que convivan los niños con los viejos y los jóvenes con los adultos, para contarse cosas unos a otros y hacer un esfuerzo por comprenderse. Los más jóvenes tienen que explicarnos a los viejos todo lo nuevo que hay en el mundo y los viejos tenemos que contarles a los jóvenes las verdades que nunca cambian.»
«Supongo que no te refieres a la típica escena final propia de Jessica Fletcher en Se ha escrito un crimen, donde el culpable confiesa mientras la policía lo graba todo desde el cuarto de al lado e interviene en el último momento.»
«una autora que recomiendo vivamente a cualquiera, que entretiene y enseña tanto por lo que cuenta como por cómo lo cuenta. Desde luego no será la única novela que lea de esta escritora asturiana afincada en Madrid.»
3 abr 2024
"El árbol de los plátanos de champú". Cuento de Isa Vázquez
Poco antes de las vacaciones de Semana Santa llegó a mis manos este cuento infantil ilustrado. Su autora es Isa Vázquez (Isabel Vázquez García), profesora con destino actual en Londres. El dato es importante al ver que el texto de la narración está escrito en español e inglés. Evidentemente la actual actividad profesional de Isabel Vázquez se refleja con claridad en este cuento bilingüe: El árbol de la plátanos de champú (The shampoo banana tree).
21 mar 2024
21 de abril, Día de la Poesía. Elena Garro.
«En mi larga vida nunca me había visto privado de bautizos, de bodas, de responsos, de rosarios. Mis esquinas y mis cielos quedaron sin campanas, se abolieron las fiestas y las horas y retrocedí a un tiempo desconocido. Me sentía extraño sin domingos y sin días de semana. Una ola de ira inundó mis calles y mis cielos vacíos. Esa ola que no se ve y que de pronto avanza, derriba puentes, muros, quita vidas y hace generales.»
- «Isabel sonrió. Sólo su madre era capaz de decir que Calles no tenía delicadeza, cuando estaba fusilando a todos los que parecían un obstáculo para su permanencia en el poder.
—Es algo más grave que una falta de delicadeza…
Y Martín Moncada continuó la lectura del diario. En aquellos días empezaba una nueva calamidad política; las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia se había se habían vuelto tirantes. Había intereses encontrados y las dos facciones en el poder se disponían a lanzarse en una lucha que ofrecía la ventaja de distraer al pueblo del único punto que había que oscurecer: la repartición de las tierras.
Los periódicos hablaban de la «fe cristiana» y los «derechos revolucionarios». Entre los porfiristas católicos y los revolucionarios ateos preparaban la tumba del agrarismo. Hacía menos de diez años que las dos facciones habían acordado los asesinatos de Emiliano Zapata, de Francisco Villa y de Felipe Ángeles, y el recuerdo de los jefes revolucionarios estaba fresco en la memoria de los indios. La Iglesia y el Gobierno fabricaban una causa para «quemar» a los campesinos descontentos.
—¡La persecución religiosa!»
- «¿Acaso Madero no había sido un traidor a su clase? Pertenecía a una familia criolla y rica y sin embargo encabezo la rebelión de los indios. Su muerte no solo era justa sino necesaria. Él era el culpable de la anarquía que había caído sobre el país. Los años de guerra civil que siguieron a su muerte habían sido atroces para los mestizos que sufrieron a las hordas de indios peleando por unos derechos y unas tierras que no les pertenecían. Hubo un momento, cuando Venustiano Carranza traicionó a la Revolución triunfante y tomó el poder, en que las clases adineradas tuvieron un alivio. Después, con el asesinato de Emiliano Zapata, de Francisco Villa y de Felipe Ángeles, se sintieron seguras. Pero los generales traidores a la Revolución instalaron un gobierno tiránico y voraz que solo compartía las riquezas y los privilegios con sus antiguos enemigos y cómplices en la traición: los grandes terratenientes del porfirismo.»
«Una raya naranja finísima se levantó del horizonte oscuro, las flores que se abren en la noche se cerraron y sus perfumes quedaron en el aire unos instantes antes de desaparecer. El jardín empezó a nacer azul de entre sus sombras moradas.»
«Luisa obedeció sin titubear la orden de su amante y limpió las botas de Flores hasta dejarlas pulidas como espejos. Aceptaría siempre la abyección en la que había caído. "Nadie cae; este presente es mi pasado y mi futuro; es yo misma; soy siempre el mismo instante"».
POEMA LUNAR 4 - de Gocho Versolari Poeta(tomado del facebook de Mª José Luque Fernández)Las mujeresguardan la luna en la planta de los pies.Los hombres la buscamosdesordenadamenteen los senos,en el sexo,en los ojos,a lo largo de sus piernas,en el hueco de sus hombros......y ellas andan descalzasy la luna en sus plantassubeybajadel talón a los dedos:navío al garete,niño furioso y riente;la esquiva luna en las pequeñas plantascon misterios crujientes;con su carga de torosy de recién nacidos;de bestiasy de hombres...Nos bastaríabesar las plantasdel talón a los dedosy llenarnos de lunala glotis,el esófago;la vieja luna invadiendo las entrañasy atragantando de claridadla vida entera
20 mar 2024
Doce películas en un trimestre (A pares XLII)
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Barbie de Greta Gerwig (HBO). La vi en esta plataforma cuando la ofreció llamativamente para así ganarse suscriptores entre quienes no lo éramos. Yo la vi, pero decidí no suscribirme porque entiendo que con las tres que tengo en la actualidad (Movistar, Filmin y Netflix) voy más que sobrado. Contra lo esperado por mí, la peli de Mattel y la Warner no me desagradó. La actriz que encarna a Barbie (Margot Robbie) creo que borda el papel; el resto del elenco, mención especial de Ryan Gosslin en el papel de Ken, cumple el nivel de exigencia. Me recordó, salvadas las distancias, bastante a la película El show de Truman. Diré que de todo eso que se ha dicho sobre si es una peli feminista, de corte LGTBI o cosas así, yo no he visto mucho. Pues casi mejor, qué queréis que os diga, porque de cuotas y elementos así ya está uno algo hartito (ja, ja).
Anatomía de una caída de Justine Triet. De las doce películas que aquí presento es la única que he visto en Sala. Me ha encantado. Es una peli que englobaría en el género filmes de juicios. En ella la protagonista, encarnada por una estupenda Sandra Hüller, se defiende de una acusación de asesinato. Tan bien está la actriz alemana en su papel, y salí yo tan satisfecho del cine, que al llegar a casa busqué en internet su filmografía y a los pocos días disfruté de la siguiente película que figura en esta relación. El film se alzó con el Premio Goya a la mejor película europea. En los Óscar la Hüller se quedó sin el premio a la mejor actriz, que se llevó Emma Stone por Pobres criaturas.
Toni Erdmann de Maren Ade (Filmin). La película es de 2016, tiene un largo metraje (160 minutos) que se lleva la mar de bien. Y se lleva así de bien porque es una comedia insólita que, como bien dijo en su día mi antiguo compañero de colegio Carlos Boyero, «mezcla realismo y surrealismo, esperpento y soterrada ternura». Pienso que no se puede decir más y mejor con menos palabras. A partir de Anatomía de una caída y de este título el nombre de Sandra Hüller no lo olvidaré jamás. Buscaré más filmes en los que ella intervenga. Seguro.
Elena sabe de Anahí Berneri (Netflix). Esta película argentina de 2023 no es de las que me hayan dejado recuerdos imborrables. Elena (Mercedes Morán) padece Parkinson en estado terminal y quiere, antes de que la enfermedad la incapacite absolutamente, indagar sobre la repentina muerte de su hija Rita (Erica Rivas) que la policía despacha como suicidio por exceso de antidepresivos. ¿Sí? ¿No? No quiero decir más para no interferir en el disfrute de la cinta. Basada en la novela homónima de la argentina Claudia Piñeiro, novelista que todos sabéis me gusta mucho. Mi admiración por la Piñeiro fue lo que me llevó hasta este título.
Chinas de Arantxa Echevarría (Movistar+). De las películas que fueron nominadas en los últimos Goya, ésta de la directora bilbaína es la que me ha parecido más refrescante y que me ha sorprendido más gratamente. Ver cómo se las ingenia una familia inmigrante china en nuestro país y cómo difiere el comportamiento de los mismos según pertenezcan a la primera o a la segunda generación, pienso que queda muy bien plasmado en la cinta. Los actores, algunos de ellos no profesionales, realizan una actuación sobresaliente. No se llevó nada en los Goya, aunque sí se alzó con el Premio del Público 2023 del programa de televisión Días de Cine. Recomiendo vivamente verla.
Cerrar los ojos de Víctor Erice (Movistar+) la vi en la misma semana que Chinas. Me pareció cine del bueno. Me recordó muchísimo, quizás por la actuación en la misma de Ana Torrent, a la ya lejana en el tiempo -¡nada menos que 50 años!- El espíritu de la colmena en la que la niña Ana Torrent debutó. En esta ocasión es José Coronado quien se lleva la palma actoral que se le ha reconocido con el Goya al mejor actor de reparto. La historia me pareció un hermoso homenaje al Cine, quizás, como dice Boyero, algo lenta, y es que hoy día nos hemos desacostumbrado a echar una mirada morosa sobre lo que sea.
La verdad (La verité) de Hirokazu Koreeda (Movistar+) es una película franco-japonesa de 2019. La vi al encontrarla en los listados que estas plataformas de streaming que frecuento ofrecen. Ver que en ella participaban dos grandes actrices francesas como son Catherine Denéuve y Juliette Binoche fue acicate suficiente para ponerme a verla. De nuevo estamos ante una película de el Cine dentro del Cine; en esta ocasión el asunto va de una estrella cinematográfica en su ocaso que ha de vérselas con los problemas que de siempre le ocasiona su hija. Las memorias publicadas por la diva serán el desencadenante del conflicto madre-hija a propósito de la verdad declarada u ocultada en las mismas. Me gustó.
Vidas pasadas de Celine Song (Movistar+) es una hermosa película que he visto últimamente a rebufo de los Óscar que han llenado las programaciones de las plataformas televisivas con las nominadas y/o premiadas este año o los anteriores. En concreto Vidas pasadas estuvo nominada a los mismos como mejor película y como mejor guion original, pero no se llevó ninguno de los dos. Es una coproducción USA-Corea del Sur que pone el acento en la perdurabilidad y la huella que dejan en las personas los amores primeros aunque se hayan sentido de bien niños, como ocurre con los protagonistas de este film romántico. Separados por haber emigrado ella desde Seul a Canadá y reencontrados veinticuatro años después querer hacer revivir las ascuas amorosas por parte del chico es ya cuestión imposible pues el embrujo platónico queda sepultado por la fea, si bien confortable, cómoda y satisfactoria, realidad adulta.
Qué bello es vivir de Frank Capra (Filmin) era una laguna cinematográfica que necesitaba cubrir de una vez por todas. En las entrevistas que por los Goya se publicaron en prensa y salieron por televisión, buena parte de los entrevistados, a la habitual pregunta de ¿Cuál es para ti la mejor película de la Hº del Cine?, respondían con este título de 1946. Pues habrá que verla, me dije. La busqué y la encontré en Filmin. Según pasaban los minutos fui recordando la historia del bueno de George Bailey (James Stewart) que el día de su casamiento con la guapa Mary Hatch (Donna Reed) deberá hacerse cargo, por la desaparición de una importante suma de dinero, del banco de empréstitos que su padre fundara. Estamos ante una versión distinta de Cuento de Navidad de Dickens en la que el bueno no es un niño sino un adulto y el señor Scrooge es aquí el potentado Mr. Potter que sólo vive para quedarse con todo lo que alberga la ciudad donde se desarrolla la acción. Entrañable película con efectos cinematográficos muy interesantes para el momento. Un film necesario para insuflar nuevos bríos de ilusión a un mundo depauperado y destrozado que acababa de salir de la segunda guerra mundial.
Maestro de Bradley Cooper (Netflix). Es otro de los títulos nominados a los Óscar 2024 (mejor película, mejor actriz y mejor actor protagonistas, mejor guion original, mejor sonido, mejor fotografía, y mejor maquillaje y peluquería) que ante lo arrasador que fue Oppenheimer de Christopher Nolan se quedó sólo con el gustazo de haber sido nominada para nada menos que siete galardones. Es un biopic sobre el director y compositor Leonard Bernstein que me gustó mucho. Presenta a Bernstein (Bradley Cooper) escindido tanto en su vida profesional (hacedor de obras sinfónicas cultas y obras populares) cuanto en su vida privada (atraído tanto por hombres como por mujeres). Su condición de judío es otro elemento importante en el film. A mí me agradó especialmente por la calidad musical que encierra. En sala debe de ganar mucho por este motivo.
Golpe de suerte de Woody Allen (Filmin). Cierro esta selección de doce películas vistas durante este primer trimestre del año con esta (año 2023) de mi admirado Woody Allen. Sí, sé que el director de Manhattan no se sale habitualmente de su temática, pero lo hace tan bien, es tan hermosa la coloración vintage que da a sus obras, son tan vivaces y simpáticos los diálogos, y, como casi siempre, son tan bellas las imágenes de las ciudades en las que sitúa la acción (París de nuevo, en esta ocasión), que no me resisto a su atractivo. Como en muchas otras de sus obras, el azar, esta vez en forma de encuentro casual, es parte esencial de la trama. El amor pasado que revive Alain (Niels Schneider), los celos del amante actual Jean (Melvil Poupad) y las dudas de Fanny (Lou de Laâge),la guapa chica, es el triángulo amoroso que se presenta. Luego el suspense y de nuevo como en la conocidísima Match Point la veleidosa suerte -otra vez el azar- hará que todo se resuelva. Por medio esos diálogos tan Woody Allen, con esa punta de humor y cinismo tan característico en él. A destacar, la imagen algo velada voluntariamente, quizás para transmitir una sensación de sueño e irrealidad; en fin, no sé, a mí al menos así me lo ha parecido.